- Ser extremadamente sensible en cuanto a la vista, el oído, el tacto, el olfato o el gusto (por ejemplo, puede negarse a vestir ropa "que da picazón" y se angustia si se lo obliga a usarla).
- Experimentar angustia inusual cuando le cambian las rutinas.
- No hace amigos.
- No participa en juegos interactivos.
- Es retraído.
- Se dedica a un solo tema o tarea.
- Muestra agresión a otras personas o a sí mismo.
- Muestra gran necesidad por la monotonía.
- Utiliza movimientos corporales repetitivos.
La Sra. Adriana Torres, abuelita de Regina Viveros nos visitó para compartir sus vivencias con su hijo que ahora tiene 30 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario